miércoles, 9 de enero de 2013

¡Atrévete!

La timidez. En mi vida, he dejado de ganar muchísimas cosas por culpa de la maldita timidez. Es una especie de barrera imposible de superar. Y lo peor de todo, es que el 95% de las veces resulta inútil intentar saltarla. Nos ponemos en ese 15% de los afortunados. Por mucho que te creas que la hayas superado por completo la primera vez, la próxima que la intentes burlar te atacará con el doble de fuerza, y probablemente no puedas con ella. Puede que los más optimistas sí. Pero bueno, uno ya se acostumbra a sentir impotencia. La impotencia del querer pero no poder. 

¿Quien no ha tenido la sensación de superar un miedo y decir: ¡pues no era para tanto! y al día siguiente, tener que volver a superar el temor y no poder con él? El miedo es irremediablemente cotidiano en nuestra vida. Aparece en cualquier rincón, cuando menos te lo esperas, y superarlo resulta todo un reto. Un reto sólo apto para los más fuertes. Aquellos a los que la selección natural de Darwin elevaba a lo más alto de la cúspide. Y, yo me pregunto: ¿que hacemos los otros? Sí, los que pasamos desapercibidos del mundo: los llamados débiles por parte de Darwin; los que según él no soportaremos el mundo de los fuertes; los que no predicamos a los cuatro vientos nuestra valentía, simplemente porque nos cuesta exteriorizarla. O porque no tenemos, que remedio. ¿Hundirnos? Pues no, no hemos nacido para hundirnos.

Superviviremos. Nos quitaremos las ataduras de la timidez. ¿Que no puedes? Te creeré cuando lo hayas intentado; una no, mil veces. O más, si hace falta. Porque el otro camino es adaptarse a vivir en ese estado de sumisión, y ese camino nos llevará a no ser nadie. Y no hay nada peor que no influir en este mundo. No digo cambiarlo (que son palabras mayores), solamente influirlo.

Atrévete a decir que sí. Atrévete a gritar ¡no!, pero sobre todo atrévete. Porque, en el mismo momento en el que dudamos si atrevernos o no a hacer algo, estamos perdiendo tiempo. Y el tiempo pasa, tenedlo en cuenta. Porque hoy me apetece restregarle al Darwin ese que los más débiles no estamos perdidos. Es más, somos los más débiles los que haremos imposibles. Y no os olvidéis de que imposibles también existen. 


Shuarma- Vuélvelo a intentar


(El poder de lo frágil, 2010)                                          Fuente: YouTube


Gracias por leerme, y no lo dudes: ¡Atrévete!

La Tortuga de MN

2 comentarios:

  1. Cuanta razon tienes al decir q un dia podemos derrotar a un miedo y caer al proximo dia, no importa cuantas veces caigamos sino cuan rapido nos levantamos y tomamos el rumbo de nuevo.
    yo me Atrevo!! Asi q vamos a ello a demostrar que lo podemos conseguir
    felicitacioes x la entrada
    un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto compañero, el miedo es traicionero. Pero qué remedio, habrá que enfrentarlo con ganas!

      ¡Sigue atreviéndote siempre! Si lo haces, prepárate para vivir una vida llenísima de sorpresas :)

      Un abrazo camarada!

      Eliminar