lunes, 10 de noviembre de 2014

La música


Poder de cambiar el mundo. Tan solo unos segundos de música, pueden hacerte cambiar esquemas que ni los mejores psicólogos podrán tocar. Es escuchar las notas, la voz, el ritmo, la melodía... teletransportación a otro lugar. Al lugar que necesitas. A ese lugar, donde nuestro ser se enciende.

Un lugar lejano. Un lugar que se escapa de nuestra mente. La música logra desenmascararnos, dejándonos desnudos, y vulnerables como nunca nadie nos ha dejado quitándonos la ropa. Y es que, la música es curativa. La música enciende almas, y apaga penumbras. La música te desnuda, y te abriga.

La música protege. La música da aliento, a las personas que más lo necesitan. La música quita aliento, solamente a las personas fuertes, decididas a ser saboteadas voluntariamente por el sonido peligroso de sus notas. La música da pulso, a las personas que pierden la vida sin morir.

La música te mata, si no la sabes recibir. Solamente cuando la música se pierda, tú te encontrarás. La encontrarás, en ese instante lo notarás.  

La música, mi titiritera. Poesía sentimental. Puñal de doble filo. El último disparo del revólver de un ladrón. Un crimen tranquilamente confesado. La voz que calló lo que tu mirada no supo transmitir. El grito de guerra. El límite de tus injusticias. El "hasta aquí hemos llegado". La felicidad del niño que encontró su juguete. La tristeza del trabajador que luchó por su dignidad. La música, la titiritera.

LaTortugaDeMN