Me ha venido a la cabeza una canción.
Ismael Serrano.
Me apetece escuchar
música. Añadirle a cielo estrellado alguna banda sonora.
Si se callase el ruido oirías la lluvia caer,
limpiando la ciudad de espectros te oiría hablar en sueños…
Es curioso, pero poca
gente se quedará sentada escuchándose. Nos dedicamos a estudiar; trabajar;
cumplir rutinas; y lo hacemos siempre en compañía.
Escuchando el silencio,
pienso en todo esto. Estoy seguro de que muchas personas están dudando de la
eficacia de reflexionar el silencio durante unos minutos; de dedicarte ese
tiempo a ti; olvidarte del mundo por un instante.
Pero, en todo caso,
siguen mis ganas de escuchar música. Probablemente ahora escucharía alguna cantada por Eva Amaral, voz celestial donde las haya.
Y sigo con mi pensamiento…
¿Por qué no nos dedicamos más tiempo a nosotros mismos? Nos pasamos la vida
intentando conocer a las personas que se cruzan en nuestro camino, pero no nos
concebimos a nosotros mismos como una de ellas.
Solo en esos momentos
podrás conocerte a ti mismo. Apuesto a que nadie te podría conocer mejor que
tú, y es una afirmación que puede parecer lógica, pero sin embargo, no dedicas
tu tiempo a conocerte, y estoy seguro de que no te conoces.
Es aquí cuando hablo de
mí. No me conozco, para nada.
Eckhart Tolle apoyaría mi
teoría… no se basaría tanto en los pensamientos, sino en las sensaciones (o
sentimientos) en sí de cada uno, pero estoy seguro de que estaría orgulloso de
su lector.
Antes de irme, pedir disculpas a mis futuros lectores por el orden desordenado de mi texto; escribir sin planear no es difícil… pero es un caos. Nuestro caos.
Hora de abrir los ojos,
que empieza a helar y quiero dormir.
Buenas y reveladoras noches.